Estética Siglo XXI

La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y cumple muchas funciones. Principalmente nos protege de los microorganismos y de las radiaciones solares.

Sabemos que para mantenerla joven e hidratada tenemos que cuidarla y protegerla. Alimentarnos sanamente, beber abundante agua, evitar exponernos al sol sin protección, ejercitarnos regularmente, dormir adecuadamente y evitar el tabaco, son recomendaciones esenciales para mantener la piel en buen estado.

Pero aquí les describimos algunas de las terapias más efectivas y novedosas que también podemos realizarnos y que ayudan a mejorar la calidad de la piel.

Mesoterapia: Consiste en la administración de principios activos por vía intradérmica mediante agujitas muy finas las cuales realizan un estimulo del fibroblasto. Los productos empleados son DMAE, Silicio Orgánico, Acido Hialurónico, vitaminas, oligoelementos con los cuales podemos revitalizar la piel, obtener el ansiado efecto lift y restaurar la piel fatigada.

Plasma rico en factores de crecimiento: Se extrae la sangre del propio paciente y esta se centrifuga obteniendo el plasma rico en plaquetas con factores de crecimiento, la cual se aplica de forma intradérmica con lo cual estimulamos de forma natural las funciones del fibroblasto y una serie de factores en nuestra piel. Se recomienda a partir de los 30 años o cuando los signos de envejecimiento son visibles. El resultado es una piel luminosa y tersa.

Hidratación con acido hialurónico no reticulado: Se aplica de la misma manera que la mesoterapia  y con ello conseguimos devolver el volumen y la hidratación en nuestro rostro ya que su principal función es conservar los niveles de agua en la piel. Con la edad la producción de ácido hialurónico de nuestro organismo desciende y con ello aparece la deshidratación de la piel y los síntomas de la edad.

Peelings químicos: Las células muertas se acumulan en la superficie de la piel, dándole un aspecto mate, textura áspera. Este ttratamiento consiste en la aplicación de ácidos, de diversa concentración que exfolia el rostro y elimina varias capas superficiales de la piel de la cara y con ellas, todas las impurezas e imperfecciones que contengan, como pequeñas arrugas o manchas superficiales.